Todo producto químico tiene ventajas en sus funciones y necesidades de cuidado y correcta aplicación para evitar trastornos para la salud o ineficacia motivada a impericia o mal procedimiento (desbalance de reactivos). Estas normas aplican por igual al sulfato de cobre. Dos de sus usos más comunes son: para plantas y recipientes para grandes cantidades de agua. Dirigimos a ambos nuestros consejos.
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Uso del sulfato de cobre para las plantas
Los hongos son seres vivos y no todos son beneficiosos, en especial los que se retroalimentan de otras plantas (parasitosis). De allí el uso necesario de los fungicidas que en la actualidad utilizan mayoritariamente al sulfato de cobre, aunque para algunos no sea lo idóneo y se decanten por productos ecológicos, para muchos otros el uso pertinaz y equilibrado de este compuesto es y seguirá siendo un beneficio para la salud de las plantas y que esta se refleje en los productos de consumo y ornato que de a diario obtenemos o miramos.
Primer consejo: Los productos necesarios
Requerirá de unos 20 gramos de sulfato de cobre; adquiéralo en tiendas de jardinería, ferreterías, floristerías o farmacias (evite su adquisición a vendedores ambulantes, la mala conservación oxida y corrompe al producto).
Con un rociador en spray que difumine ampliamente (evite que la boquilla sea de chorro directo y/o grueso).
Requiere agua fresca, de preferencia hervida o de lluvia para así evitar agentes patógenos extras. Mientras más pureza, mayor eficacia.
Segundo consejo: Elaboración del fungicida con sulfato de cobre
Coloque el litro de agua en el spray y vierta todo el contenido del sulfato de cobre y remueva hasta que quede una mezcla prístina de color azulado. Ciérrelo y colóquelo en una zona fresca. Espere 24 horas antes de su uso y antes de ello, vuelva a remover girando el recipiente, evite batirlo.
Tercer consejo: Cómo echarlo a las plantas
A primeras horas de la mañana, aplicar la solución de sulfato de cobre a las hojas, comenzando desde debajo de la misma y bajando hacia el tallo, luego crear un rocío abierto en la parte superior de las hojas, evitando darle el punch directamente. Hágalo en especial en los días húmedos, que es cuando los hongos eligen para parasitar a las plantas.
Para la desinfección de recipientes de agua
Nuestros dos primeros consejos se dirigen a materiales y preparación, que no distan de las anteriores salvo en proporción.
Por cada 1.000 litros de agua que contenga el recipiente o área (tanques, camiones de transporte de agua, piscinas) se requieren unos 7 gramos de sulfato de cobre. En el caso de bañeras que no superan los 100 litros se puede usar la misma cantidad, ya que en ellas se desecha el agua con prontitud. Se aconseja realizar la limpieza de noche y darle reposo unas 10 horas en este caso.
Tercer consejo para usar sulfato de cobre en recipientes de agua
Al diluir el sulfato en una pequeña cantidad de agua (para 1.000 litros, con 3 litros bastarán), echar esa disolución en el recipiente. Dejar en reposo nocturno para que se eliminen los microorganismos suspendidos. Luego eche sulfato de aluminio que los precipite al fondo. Déjelo reposar al menos 2 horas. Limpie las impurezas con 1 paño, aspiradora, mopa. Luego podrá volver a recircular el agua al tanque o piscina.