Cuando aprietas y rechinas los dientes de manera involuntaria se conoce como bruxismo. Es una condición molesta, que si bien no es grave y no necesita tratamiento, puede llegar a complicarse en un futuro. Es más común en niños y adolescentes jóvenes, pero también puede presentarse en personas adultas.
Si tienes bruxismo cuando duermes, o rechinas los dientes durante el día de manera involuntaria, te recomendamos que nos acompañes. Te diremos algunos consejos para el bruxismo y así evitar que sigas dañando el esmalte de tus dientes y aliviar el malestar de la mandíbula.
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Consejos para mejorar Bruxismo
Seguramente te has pasado esto: comienzas a rechinar tus dientes sin que lo esperes. Te levantas en la mañana con un dolor molesto en la mandíbula y la cabeza. Cuando quieres desayunar, no puedes porque cada vez que abres la mandíbula, te duele.
Sí, sabemos lo que es eso. Si bien no es necesario seguir un bruxismo tratamiento, hay algunos hábitos en tu vida diaria que puedes llegar a agregar a tu vida para controlar el problema.
Usa protectores
Una de las formas de evitar que tus dientes se dañen a causa del bruxismo es colocarse férulas y protectores bucales. Puedes usarlos durante la noche para proteger el esmalte de tus dientes. Los protectores para dientes se adaptan a la forma y la estructura de la boca. No molestan. Una vez que te acostumbras a ellos, ni lo sentirás. Además de proteger los dientes, también mantienen la mandíbula en una determinada posición para minimizar la cantidad de veces en que la rechinan los dientes o, al menos, garantizar que sea menos doloroso.
Controlar el estrés y la ansiedad
Los desequilibrios emocionales aumentan las cantidades de veces en que rechinas o aprietas los dientes. El estrés y la ansiedad son peligrosos para tu mandíbula.
Sabemos que es más fácil decirlo que hacerlo, pero tienes que controlar tus impulsos emocionales. Relájate, especialmente de noche, que es cuando más bruxismo hay.
Para ello puedes practicar técnicas de relajación o ir a terapia para manejar tu ansiedad. Eso le hará muy bien a tu boca.
Cambia hábitos en tu vida
Este es un punto que va en conjunto con el anterior, y es que cuando tienes un estilo de vida más relajado, inclinado a otras actividades, como la alimentación y el ejercicio, el bruxismo pasa a un nivel secundario. Esto porque te mantienes más relajado o porque estás comiendo alimentos suaves que lastiman tu mandíbula. Las personas sedentarias son las más propensas a sufrir de los efectos más complicados de esta afección.
Practicar otras maneras de masticar
Como bien hemos estado explicando a lo largo de la publicación, el bruxismo no llega requerir de tratamiento, pero en algunos casos el dolor es molesto, mermando nuestra vida diaria.
Llega a ser tanto así que, cuando comemos, es un dolor de cabeza. Duele al masticar.
En ese caso, lo mejor que puedes hacer es cambiar y practicar otras maneras de masticar. No es nada complicado. Todo lo que tienes que hacer es modificar la posición en que aprietas la boca y la mandíbula.
Un ejercicio que nos gusta mucho consiste en cerrar los labios suavemente sin que los dientes superiores e inferiores se toquen. Para ello vas a presionar tu lengua contra el paladar.
Es un ejercicio sencillo, pero que te ayudará a que cuando tengas que masticar, no presionar más de lo debido y te cause dolor en la mandíbula.
No comer alimentos duros, ni pegajosos o masticar chicles
Si te causa dolor masticar, lo más sensato es que evites los alimentos duros que generen presión en tus dientes, como las nueces o dulces duros. También ten cuidado con los alimentos pegajosos, como la mantequilla de maní, que son difíciles de masticar. Por supuesto, si queremos evitar hacer fricción de los dientes superiores e inferiores, lo más sensato es que no mastiques chicle, puesto que contribuye al dolor causado por la presión de los dientes.